El 70% de las 227 especies que hay en Villa Lorena, es decir 170, serán liberadas en sus hábitats naturales. Y el 30% restante, es decir 57, serán reubicadas en zoológicos, parques temáticos y demás sitios que cumplan con la reglamentación exigida y las condiciones suficientes para el sostenimiento y bienestar de especies con limitaciones físicas y quebrantos de salud.
En eso consiste el plan que llevará a cabo el Dagma para proporcionarles un desarrollo integral y una vida digna luego de que sean rescatadas del refugio de Villa Lorena para cumplir con la ley 1333 de 2009, ley que soporta este decomiso definitivo.
Gracias a esta medida tatabros, boas, tortugas, babillas y guacharacas, entre otros especímenes, serán liberados con el apoyo de corporaciones regionales del país como la CVC, Corpomagdalena y Corpocesar.
Otros individuos como leones, tigres, jaguares, flamencos y un chimpancé serán recibidos por entidades como los parques temáticos zoológicos de Guaticá, Nápoles y Catán, Cornare y Corpotolima para tratar sus limitaciones de una manera integral.
Luis Alfonso Rodríguez, director del Dagma, fue enfático al señalar que dicho organismo existe para preservar la vida de las especies y fomentar su desarrollo en condiciones dignas. En ese sentido, la eutanasia solo es contemplada en casos que clínicamente así lo requieran según la resolución 2064 del 2010. Y aunque un diagnóstico técnico estableció dicha posibilidad en dos tortugas y un mono araña de Villa Lorena, Rodríguez manifestó que se hará todo lo posible para evitar esa opción.
“La autoridad ambiental existe para preservar la vida de la fauna silvestre contemplando los protocolos establecidos por la ley. Por eso llevamos varios meses trabajando con corporaciones, zoológicos, parques temáticos y redes de amigos del país, incluyendo algunas entidades a nivel internacional, para lograr la liberación de gran parte de las especies de Villa Lorena, como también buscando nuevos hogares para aquellos que deban permanecer en cautiverio debido a sus condiciones de salud o discapacidad”, afirmó.
Así mismo el funcionario señaló que se deben prevenir hechos como los ocurridos en diciembre de 2016 cuando un chimpancé de 1.50 metros de alto y la fuerza de cinco hombres huyó sin que los cuidadores de Villa Lorena se dieran por enterados: “Fuimos informados por un vecino del sector que lo vio en la calle observando a unos niños mientras jugaban. Aquella vez contamos con suerte, pero la situación hubiera sido catastrófica de no haber sido por la rápida intervención del Dagma, la Policía Ambiental y el Zoológico de Cali, que lo recapturaron”.
Otra situación extrema fue aquella sucedida en mayo pasado cuando el refugio de Villa Lorena se inundó, poniendo en peligro la vida de las especies: “Cuatro felinos debieron ser rescatados por la autoridad ambiental con el apoyo del Zoológico de Cali, ya que por su discapacidad pudieron haberse ahogado. Adicionalmente y al momento de salvarlos, presentaban síntomas de deshidratación”, dijo Janeth Alegría, subdirectora del Dagma.
Por estas razones, sumadas a irregularidades como la ilegalidad presente en sus prácticas y en el terreno que ocupa Villa Lorena, así como los riesgos que representa para la comunidad en términos de salubridad e integridad física tanto para seres humanos como para las especies mismas, el Dagma ejercerá la autoridad que corresponde en estos casos para salvoguardar la integridad de todas las formas de vida.